viernes, 24 de diciembre de 2010

Diario de Aya - Parte IV [3/3] : "YA NO PUEDO CANTAR"

Comidas

Ya no puedo sostener los palillos muy bien. Mi pulgar de la mano derecha no se estira lo suficiente y los demás dedos están rígidos y no se mueven, así que no puedo sostener la comida entre los palillos. He desarrollado mi nueva forma de comer de modo natural.
El menú de esta noche constaba de arroz, langostinos fritos, ensalada de pasta y sopa. Primero, he mezclado la ensalada de pasta con el arroz. Con eso no tengo ningún problema. Puedo sostener un langostino frito porque es grande pero no soy muy buena con los fideos (aunque me encanta el udon).
Tengo que tener cuidado al tragar. A menudo me atraganto, así que tengo que transportar la comida en el momento adecuado, mover mi boca a un ritmo concreto, aguantar la respiración y luego tragar.
Chika, mi compañera de clase, no puede mover bien su mano izquierda, así que acerca la cara al plato para poder comer. Teru-chan se pone todo, el arroz, los segundos platos y los ingredientes de la sopa de miso en el mismo plato para poder comer. Yo estoy entre las dos. Puedo mover la mano izquierda, así que puedo sostener un bol. Eso significa que puedo fingir que soy una persona normal.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Diario de Aya - Parte IV [2/3] : "YA NO PUEDO CANTAR"

Acontecimientos otoñales

El Festival del Internado. Mi madre y mis hermanas vinieron. Mi madre dijo que lloró cuando vio bailar a I-sensei en el escenario. “¿Por qué?”, le pregunté.
“Quizá porque parecía que se estaba esforzando mucho. En un instituto normal, solo los alumnos actúan, ¿no? Me conmovió que un profesor actuara con gran seriedad junto a los alumnos. Creo que por eso lloré. También me gustó ese chico que interpretaba a un mono y que caminaba por el escenario como si fuera alguien que sufría de parálisis cerebral. Pero en realidad, él no podía caminar de otro modo. Quizá porque era el papel perfecto para él, la gente se reía. Eso me hizo llorar aun más”. Me sorprendió descubrir que yo he heredado la parte llorona de mi madre. “Pero mamá”, le respondí, “en abril, cuando vi a S-chan caerse y reírse, pensé que era una super mujer. Yo me preguntaba si yo algún día podría ser tan fuerte. En aquella época yo podía reírme cuando me caía. Yo creo que se estaban riendo más del disfraz que llevaba el chico que interpretaba a un mono que de su forma de caminar”.