De compras
Mi madre estaba haciendo llamadas a diferentes lugares cuando, de repente, ha gritado desde abajo: “Vamos a llevar a Aya a Yuni*. Dicen que tienen una silla de ruedas así que Aya puede venir”. Fue durante las vacaciones de primavera así que estábamos todos en casa. Después de esperar una eternidad a que yo
estuviera lista, me metieron en el coche y nos fuimos. En quince minutos estábamos en Yuni. Con mi bolso favorito colgado del cuello, eché un vistazo a la sección de ropa con mi hermana empujando la silla por detrás.
Todo me parecía interesante.
Había una falda muy bonita que yo quería comprar. Como siempre me estoy cayendo, llevar falda es malo para mis rodillas, por eso siempre llevo pantalones. Ponerme una falda era un sueño para mí. Reuní un poco de valor y señalé la falda.
Mi madre dijo: “Estaría bien que tuvieras una. Además, pronto hará buen tiempo”, y me compró la falda. Me sentí feliz. Si pudiera ponerme una blusa de encaje estampada de flores y la falda y poder caminar, me pregunto si los demás me dirían que soy mona. Aunque solo fuera una vez… me gustaría que me lo dijeran.
También compramos ropa interior, calcetines y toallas para mi nueva vida en el internado.