martes, 19 de octubre de 2010

Diario de Aya - Parte III [2/6] : "EL COMIENZO DE LA AGONÍA (16 AÑOS)"

Sobre mi futuro

Mi madre y yo hemos hablado sobre mi futuro. Según mi madre, “Al contrario que la gente que no puede ver o que está incapacitada, las cosas que antes podías hacer no se te van de la cabeza. Piensas demasiado en por qué no puedes hacer algo nunca más y las emociones te superan. Siempre empieza todo en la lucha contra tu mente. Aunque otros lo vean simplemente como una máquina que se mueve como los que hacen los ejercicios de la radio, es una lucha contra tu mente, un entrenamiento. Aya, yo creo que mientras vivas
tu vida al máximo, tendrás un futuro. Aya, lloras mucho, y cuando te veo llorar, lo siento mucho por ti. Pero observando la realidad, tienes que entender dónde estás ahora y vivir, o si no nunca vivirás con los pies en la tierra. La familia te ayudará en todo lo que no puedas hacer. Pero cuando damos una opinión o discutimos, somos sinceros, ¿verdad? Porque pensamos en ti como en un ser humano con una vida normal y como una hermana. Así que tómalo como palabras llenas de amor que te ayudarán a ser más fuerte mentalmente. Esto
también es un entrenamiento para que puedas continuar cuando alguien te diga algo que te rompa el corazón. Aprendes a amar y ese amor es lo que conoces… Básicamente estás rodeada de amor y conocimiento como el lugar donde naciste, Aichi-ken*”.

Mientras escuchaba y asumía mi enfermedad, he pensado que debería empezar a pensar en mi futuro.
“Quiero ser bibliotecaria. Para cumplirlo, tengo que ir a la universidad. Después puede conseguir el diploma de trabajadora social…”.
“Será difícil para ti salir. Tienes que pensar en algo que puedas hacer en casa. Por ejemplo, traducir”.
“Quiero escribir una novela, pero mi vida en sociedad es bastante pobre así que supongo que no funcionará”.
“Eso lo puedes decidir después. De momento, tienes que hacer lo que puedas ahora y esforzarte. Sí, esforzarte”.
“De acuerdo, supongo que lo único de lo que puedo depender es de mi capacidad intelectual”.

Amigos

He visto la puesta de sol. El gran rojo… Se ha hundido como un pequeño fuego artificial brillante que cae rápidamente pero que tiene un claro brillo interior.
Su color era hermoso. Como el de una manzana. Y-ko-chan y yo hemos dicho, “¿No es precioso?” y nos hemos quedado sin palabras. Hemos visto el rastro de un avión brillando en la puesta de sol.
Creo que Y-ko-chan es realmente una buena persona. Cuando le dije que quería estudiar en su casa, me dijo tajantemente que no.
Estaba tan segura de que iba a decir que sí.
Si yo hubiera estado en su lugar, no habría sido capaz de decirle que no y, al mismo, habría sido encapaz de estudiar a mi propio ritmo, arrepintiéndome después de haberle dicho que sí.
Básicamente, estoy perdiendo el autocontrol.
Si dijera que mi incapacidad física y mi autocontrol están conectados, ¿serviría como excusa?
Me hace feliz que haya una persona que pueda decir lo que piensa y que haya otra que escuche lo que tiene que decir.
Los amigos se tratan de forma igualitaria y yo lo agradezco.
S-chan me dijo, “He empezado a leer gracias a ti”. Eso me hizo feliz. Está bien que sienta que no solo soy un problema para mis amigos, ¿verdad?
“Aya-chan, ¿te acuerdas de aquel día que lloraste tanto? Estabas adorable”. “¿De verdad? Vaya, no me habían dicho eso nunca. Ese día me miré al espejo después de haber estado llorando… y no era una vista agradable”.
“Bueno, yo no vi tu cara. La forma en la que llorabas era adorable”.
“¡Ja, ja! ¡Eso ha sido cruel!”.
Lo que le resultó encantador no era mi cara sino la atmósfera que me rodeaba mientras estaba llorando. Las dos nos hemos reído.
Los amigos son fantásticos. Quiero estar con ellos para siempre.

Agonía

Una mujer talidomida** ha dado a luz a una niña sana. Le cambia el pañal y el pecho usando sus pies. No sé si debo sentirme feliz por ella, pero solo siento preocupación.
El tendón de Aquiles de mi pie derecho está rígido. Me estoy deprimiendo. Lo más difícil para mí es caminar de una clase a otra. Tengo que aceptar la ayuda de mis compañeros o agarrarme a algo mientras camino por los largos pasillos y subo las escaleras. Tardo tanto tiempo que mis amigos también llegan tarde a clase.
La hora de la comida también es un rollo. Todos terminan en unos cinco minutos. Yo solo puedo tragar una o dos veces en cinco minutos. No solo eso, también tengo que tomar la medicina. Cuando siento que no voy a terminar a tiempo, me tomo la medicina, miro alrededor, y si hay alguien que todavía está comiendo, trato de comer lo más rápido que puedo. Me pregunto cuántas veces seré capaz de terminar de comer. Me siento mal por no poder terminar la comida que han preparado para mí, pero no tengo suficiente tiempo.
Cuando trato de comerme las sobras en la cena, “Dáselo a Koro. Puedes comer más en la cena”.
Es un malgasto. Mi comida es como Aya + Koro.
Y-ko-chan y S-chan están a mi lado como si fueran mi sombra.
“Siento causaros tantos problemas”.
“Somos amigas, ¿no?”.
Eso me hace sentir muchísimo mejor.
“Los amigos son iguales”. Pero no siempre. Especialmente en mi caso, dependo de ellas porque si no no podría sobrevivir en el instituto.
Al fin entiendo por qué los profesores me dicen de forma cortante, “Esfuérzate más por caminar tú sola”.
Solo hay un camino para mí.
No tengo derecho a opciones. Nunca podré seguir el camino de mis amigos.
Si intento sentirme mejor conmigo misma pensando que podré seguir el mismo camino que ellos, el mío propio desaparecerá…
Quiero ir a alguna parte…
Quiero golpear algo muy fuerte, gritar y reír como si estuviera loca y caerme entre risas…
Sitios a los que quiero ir.
A la biblioteca, al cine, a una cafetería (quiero sentarme en el asiento de la esquina y beber limonada). Pero no puedo ir sola a ninguna parte. Me siento tan patética, miserable e impotente, que solo puedo llorar.
Soy un bebé grande. Pero no puedo evitarlo. Una llorona y yo llevamos juntas ya dos años.
Algo pequeño no puede separarnos.
Ahora puedo llorar sin hacer ningún ruido y mi nariz no se pone roja siempre que no llore demasiado. Llorar no tiene nada bueno. Solo me cansa, me hincha los ojos, me bloquea la nariz y me quita el apetito…
Últimamente me he peleado con la gente. Las relaciones son complicadas. No porque alguien esté equivocado sino porque se equivoca sin darse cuenta.
Supongo que es como mi enfermedad. "Lágrimas".

Mi diagnóstico

Ya no puedo emitir sonidos altos. No sé si mis músculos abdominales se han debilitado o si mi capacidad pulmonar ha disminuido.
Quizá porque los sitios a los que puedo ir son limitados, ya no sé lo que quiero.
Pero… quiero hacer algo. Tengo tantas ganas de hacer algo que no puedo soportarlo. Tengo las piernas y los brazos fuertemente atados. La gente que es amable conmigo me supone un problema.
Y-ko-chan me ha acompañado al baño. He hecho que llegara cinco minutos tarde a clase. Después de mis sentimientos de “¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo!”, el frustrante de “¿por qué no soy capaz de hacer algo tan simple yo sola? Me siento estúpida y frustrada”, lo ha sustituido.
¡Una víctima es un humano que también tiene corazón! No ser capaz de oír no es una desgracia, es oportuno. Quiero ser feliz así que tengo que encontrar algo en lo que pueda competir de forma igualitaria contra una persona normal.
Tienes solo dieciséis años. ¡Todavía eres joven así que inténtalo con más ganas!
En la clase de tutoría, hemos tenido que elegir a los delegados. Cuarenta y cinco alumnos, cuarenta y cuatro posibles delegados. No he querido pensar que me dejaban fuera así que he decidido hacer un “trabajo de ángel”. Puedo recoger la basura que esté en el suelo e incluso cerrar las ventanas. Si me pongo a ello, puedo hacer muchas cosas.
Estoy a punto de perder contra la enfermedad.
¡No! ¡No voy a perder! No importa cuánto lo intente o lo feliz que finja estar, cuando veo a mis profesores, a mis hermanos y a mis amigos caminar normalmente, me siento miserable.
Quería ver algo que me conmoviera, así que fui sola a ver un maratón. Pero solo provocó que me sintiera más deprimida. Percibo un sentimiento de melancolía en “correr”. Mis amigos van a dejarme. He empezado a darme cuenta del gran problema que supone no tener un cuerpo sano.
He decidido leer mis libros favoritos en la clase de Educación Física.
Intento copiar lo que puedo del libro “Ojousan Konnichiwa”*** (Kusanagi Taizou). Ahora mismo estoy leyendo “Boku wa 20 sai”, (Oka Shinji) con la certeza de que nunca me suicidaré.
No puedo vivir sin pensar. No puedo simplemente decir, “Bueno…”.
Incluso al caminar… Pienso en cuál es la mejor forma de caminar para mí, o si el camino que estoy tomando no es demasiado difícil, o si limpiar también…
Pienso en modos de hacer las cosas sola de la forma más eficiente…
Incluso yo siento pena por Aya. Pero, por otro lado, ¡también hay cosas buenas!
No puedo continuar si no pienso así.
Mi cuerpo cada vez está más rígido. No sé si es porque hace más frío o porque mi enfermedad está empeorando, pero me caigo incluso cuando me agarro a algo. Es muy peligroso para mí salir a la calle. Ahora mi madre me lleva al instituto. Antes de ir a trabajar, me deja en la puerta. Tengo que apoyarme en
sus hombros y me acompaña al recibidor. Cuando me pongo las uwagutsu****(todos las tienen), mi madre sube corriendo a la clase de la segunda planta para dejar mi mochila y mi comida.
Después yo subo las escaleras lentamente sujetándome a la barandilla.
Después de clase espero hasta las seis en la tienda de dulces que hay enfrente del instituto. La dependiente de la tienda me dijo amablemente, “puedes entrar y hacer tus deberes o leer”. Los chicos que vuelven a casa después de hacer deporte, entran en la tienda así que me da un poco de vergüenza, pero lo soporto porque no tengo otra opción. He vuelto a caerme mientras iba a clase. Tengo un ligero corte en la sien derecha.
S-chan me ha ayudado. Antes de que pudiera decir, “gracias”, las lágrimas han arrasado mis ojos y no he podido decirlo.

*Aichi-ken, el lugar donde nació Aya, se escribe con dos kanjis. El de amor (ai) y el de conocer o saber (shiru), de ahí el significado de lo que le dice su madre.
**Aya utiliza el nombre del medicamento que toma la mujer para referirse a ella. La talidomida es un fármaco que fue comercializado entre los años 1958 y 1963 como sedante y como calmante de las náuseas durante los tres primeros meses de embarazo.
***Los títulos de los libros traducidos son, “Hola, señorita” y “Tengo 20 años”, respectivamente.
***
*Son las zapatillas que se ponen los alumnos del instituto cuando entran. Siempre se quitan los zapatos de la calle.

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