jueves, 21 de octubre de 2010

Diario de Aya - Parte III [3/6] : "EL COMIENZO DE LA AGONÍA (16 AÑOS)"

Dos horas en blanco. (El tiempo que espero en la tienda de dulces)

Es estremecedor cómo pierdo el tiempo soñando en esas dos horas mientras observo a la gente que entra o escucho sus conversaciones. ¡Ah! Estoy perdiendo el tiempo. Cuando cogía el autobús, era un rollo pero me sentía más “humana”.
<A mis espaldas>
Iba caminando (aunque mi amiga me estaba sujetando).
He sentido que alguien me miraba.
He seguido andando sintiéndome algo incómoda.
Mirando mi espalda con arrogancia y vanidad, he oído una voz, “Qué triste…¿Es estúpida?”.


No quiero crecer

Duras palabras salen de la boca de mi madre cuando lloro sin parar.
“¡Mostrar sentimientos a través del llanto es lo que hacen los bebés! ¡Estás haciendo quedar muy mal a los estudiantes de instituto!”. Me siento incluso más miserable y sigo llorando (como un pequeño cordero perdido en el bosque).
Querida Emi-chan (mi prima). Emi-chan, ¿por qué Aya es tan llorona? ¿Por qué no puedo reírme como solía hacerlo? ¡Quiero volver al pasado! Quiero construir una máquina del tiempo para poder viajar al pasado.
Observarme a mí misma corriendo, caminando, rodando y jugando contigo…
Pero después vuelvo a la realidad. ¿Realmente tengo que volver a la realidad?
¡No quiero crecer! Tiempo… ¡por favor, párate! Lágrimas… ¡dejad de caer!
Ah… Aya parece que no puede dejar de llorar. Ya son las nueve de la noche. El tiempo seguiría su curso aunque rompiera todos los relojes del mundo. No puedo detener el tiempo mientras siga viviendo. No se trata de rendirse… Es que no puedo hacer nada.
Me encanta caminar. Cuando tenía doce años, caminaba cinco kilómetros desde mi casa al centro de audiovisuales. Si recogía flores por el camino o miraba al cielo azul, no se me hacía largo en absoluto. Me gustaba caminar más que montar en coche o en bicicleta. Si solo pudiera caminar…
Una amiga dice que siente que es mala persona cuando está sola. Otra amiga dice que se siente más como sí misma cuando está sola soñando despierta.
Cuando yo estoy sola… No me gusta estar sola, ¡estar sola me da miedo!
Me pregunto cuál es mi propósito en la vida. La gente siempre me ayuda pero no puedo hacer nada para devolvérselo. Para mí estudiar es la fuente de mi vida porque no puedo encontrar nada que sea más importante.
Ni siquiera puedo recorrer el pasillo que mide solo tres metros. ¿No puede un ser humano vivir solo de su mente? ¿No puedo andar usando solo la mitad superior de mi cuerpo?
Quiero ser como el aire. Una persona con gran corazón y cuya amabilidad desbordante hace que los demás se den cuenta de lo importante que era cuando ya no está. Quiero ser ese tipo de persona.
Nos han cambiado de sitio en clase y ahora estoy en la primera fila. Necesito planear qué tengo que hacer cuando llegue tarde a clase. Tengo que tener cuidado con mi salud o sino bostezaré, la nariz se me taponará y me pondré enferma.
Para merendar he comido patata asada. Estaba muy buena.
Son solo las dos y media pero parece que el sol se está poniendo.
No me había dado cuenta de que la mayoría de las hojas de los cerezos de la Montaña Inari se han caído. ¡Ah! ¡Eso me recuerda que el culantrillo del instituto está cambiando! Iba caminando apoyada en el hombro de mi amiga y en la pared del pasillo, y cuando lo he admirado me he caído.
Hoy es el día de puertas abiertas. Me alegro de que mis padres no hayan venido. Es solo que no me gustan las madres. Me frustro y mis lágrimas amenazan con caer cuando me miran desde arriba con esos ojos
discriminatorios que dicen, “Es una persona discapacitada”. ¡Quién escogería tener un cuerpo así! No he podido evitarlo y he llorado en la cena cuando me he puesto a pensar en las madres que han asistido hoy al instituto. Sé que llorar no sirve de nada, lo siento, mamá.
He ido a una reunión entre mi madre y mi tutor. Si me esfuerzo un poco más en matemáticas, ¡seré la mejor de la clase! ¡Vamos a hacerlo, Aya-chan!
Son las once de la noche. Puedo ver la luna creciente sonriendo a través de la ventana del este. Me pregunto si podré rezar si apago la luz.
Conviviendo con mis compañeros de clase sanos, a veces siento una frustración incontrolable. Es lo peor. Pero si lo miro de otra forma, la frustración se convierte en motivación para que estudie más.
Me encanta mi instituto, mi tutora, S-chan, Y-ko-chan, M-e-chan. Os quiero a todos.¡También quiero al senpai que me ha regalado chocolate mientras estaba esperando en la tienda de dulces!

Mi decisión

Mi madre ha ido a visitar un colegio para discapacitados en Okazaki. Me lo ha contado y, por alguna razón, no he podido parar de llorar. Mi hermana está estudiando mucho porque es la semana de exámenes. Yo no estoy haciendo nada. No puedo sacarme de la cabeza la escuela para discapacitados.
Sinceramente, sé que no puedo quedarme en Higashikou* durante tres años.
No sé nada sobre colegios para discapacitados. Es un mundo desconocido para mí. Colón y Gama** debieron viajar al mundo desconocido con cuatro esperanzas y seis miedos.

Esperanzas
1. Seré capaz de ver mi futuro de forma más clara.
2. Podré vivir mi propia vida.
3. Las prestaciones y el sistema parecen ser muy buenos.
4. Podré hacer amigos discapacitados.

Miedos
1. Seré menos que un ser humano.
2. No sé si seré capaz de vivir con otras personas.
3. El adiós a mis amigos del instituto.
4. Cómo me verá la sociedad (por la imagen de un colegio para discapacitados).
5. Los chicos.
6. Un cambio en la familia.
Me pregunto si mi hermana pequeña me recordará cuando me vaya y viva allí.
Y mi hermano… ¿al menos pensará en mí de vez en cuando? (Parece como si fuera a suicidarme o algo).
S-chan ha estado viviendo sola desde primero porque su casa está lejos y no podía cambiarse de instituto. Quizá mis razones sean diferentes pero puedo entender su soledad.
Una gran mosca está zumbando en la ventana. Hay que matar las moscas en invierno. Pero cuando pienso en ellas como madres que tienen muchos hijos en verano, pienso en la importancia de la vida y no puedo matarlas.
He estado mirando el nuevo edificio de aulas desde la ventana. Me he emocionado mientras pensaba, “¡Ah! Esto es Higashikou”.
Cuando he mirado al cielo, la luna estaba blanca.
“Tú no has escogido estar enferma. Hay muchas cosas que puedes hacer aunque estés discapacitada. Si fueras una persona que no tuviera capacidad de pensar, no serías capaz de sentir la amabilidad ni el cariño de la gente, algo que percibiste cuando te pusiste enferma”, me ha dicho mi madre.
S-chan y yo hemos hablado junto al lago, en la puesta de sol, mientras los pájaros cantaban. “Aya-chan, eres una chica extraña. Dices, “El cielo es hermoso, es tan azul” y te emocionas fácilmente. Tu corazón tiene que ser puro”, ha dicho S-chan. Yo le he preguntado, “¿Existe alguien con la que puedas ser tú misma?”. “Mmm, quizá con mis hermanos pequeños porque puedo ser arrogante. Pero siempre soy yo misma cuando estoy sola”.
S-chan ha escogido vivir sola. Aya va a ser separada de su familia.
Hay una gran diferencia…
<Una senpai con un colmillo>
Hay una chica en el Club de Biología con trenzas a la que le encantan los ratones. He caminado con ella hasta la biblioteca. ¡He caminado yo sola! Iba muy lenta… pero ella ha disminuido su ritmo para poder ir a mi paso.
Tiene cuarenta y cuatro ratones en casa. Me contó lo que le pasó con su primer ratón.
“Se llamaba Nana. Era chica. Murió de cáncer de mama. Un ratón se parece a un humano cuando se pone enfermo, y después muere. Es muy triste ver a un animal morir”. No sé nada sobre ella. Podría preguntar a sus compañeros o a los profesores, pero no es lo que pretendo porque quiero saber más acerca de ella a través de sus historias.
He podido hablar con ella otra vez. La gente la llama Sa-chan.
Su familia está formada por su padre, su madre, su hermana pequeña y los cuarenta y cuatro ratones. En su jardín hay un cementerio para los ratones y ella pone hierba en sus tumbas. En francés, el “no me olvides” se traduce como ratón. Sa-chan me dijo que es porque la planta se parece a un ratón.
“Yo (usa “Boku”*** cuando habla aunque es una chica) creo que cuando alguien muere, muere en mi lugar. Tú (Aya) tienes mal las piernas. Por eso creo que yo necesito vivir mi vida al máximo por ti”. “Creo que la gente tiene poderes especiales (yo solo asentía y escuchaba). Para las amebas, nosotros somos gente con poderes especiales. Entonces, para una persona ciega, ¿la gente que es capaz de ver también tienen poderes especiales?”.
Sa-chan no trabaja mucho. ¡Me encanta! Pero ni Sa-chan ni Aya estarán en Higashikou el año que viene.
En clase de inglés, K-chan se ha puesto a llorar diciendo que se sentía decepcionada. (Ha sacado una nota baja en su examen). El profesor se ha sincerado y le ha dicho, “¡No llores! Tendrías que haberte esforzado más antes de ponerte a llorar”. Me ha dado miedo. Pensar que a mí nunca me dirán algo así por muy malas que sean mis notas me ha puesto triste.
Le he contado a Sa-chan mis recuerdos de cuando mi cuerpo se calentaba cuando hacía deporte.
“¡Jugar al pilla-pilla es lo mejor!”. “En el fútbol o en el baloncesto no es necesario que toques la pelota, todo lo que tienes que hacer es correr”.
Me he sentido un poco avergonzada después de hablar de cosas que ya no puedo hacer.
He visto la película “Lillies of the field” en la televisión. Creo en Dios. Pensar que Dios probablemente me esté poniendo a prueba con todas estas dificultades me hace sentir mucho mejor. De alguna forma no quiero olvidar esta sensación.
Casi es Año Nuevo. Mucha gente me ha ayudado y ha cuidado de mí este año.
Parece que el próximo va a ser difícil… luchando contra mí misma. Eso es porque la Aya del presente no puede admitir que es una discapacitada. No quiero. Me da miedo. ¡Pero no puedo seguir huyendo! Si fuera al colegio para discapacitados…
Me asusta pensar en asistir a una colegio para discapacitados. Puede que sea cierto que sería una buen lugar para una persona discapacitada como yo, pero quiero quedarme en Higashikou. Quiero estudiar con los demás. Quiero aprender muchas cosas y convertirme en una persona mejor.
No quiero pensar en mis compañeros de clase dejándome atrás.
Mi madre habla a veces del colegio para discapacitados. Aya es capaz de hacer cosas sola aunque le lleve mucho tiempo. Me ha dicho cómo puedo pasar de ser una persona que necesita ayuda a otra que la otorga. Estoy a punto de tomar una gran decisión y ese momento llegará pronto.

Revolución
Quería que el cambio de colegio fuera una decisión tomada por mí misma. Me he estado diciendo a mí misma que pondría fin a esto en el tercer trimestre.
<Recuerdo 1>
N-sensei, hasta hoy he confiado en usted y le he respetado. Me disgusta la forma en la que ha puesto fin a esto. Podría haberme dicho directamente: “Ve a la escuela para discapacitados porque este instituto ya no puede cuidar de ti”, en vez de decirle a mi madre: “Cada vez tarda más tiempo en cambiar de clase”.
Si me lo hubiera dicho directamente, habría sido mucho más fácil para mí tomar la decisión. ¡Deja de mirarme! Es tan irritante. Me ha dicho… “¿Tu madre no te ha dicho nada todavía?”. ¿Por qué tiene que lanzar tantas indirectas? ¡Dímelo directamente! Aunque mi vida está llena de dificultades continuas, ¿por qué no ha podido escuchar lo que yo tenía que decir para que hubiera podido abandonar el instituto sintiéndome algo mejor?
Si me hubieras dejado hablar, te hubiera dicho que pensaba cambiar de colegio a final de curso…
Planeaba ir al colegio para discapacitados desde abril pero… Quería dejar este instituto con confianza pero ni siquiera puedo hacerlo ahora. No puedo irme sintiéndome así…
<Recuerdo 2>
He hablado con S-chan. “En la escuela para discapacitados ya no serás especial, así que no te sentirás tan angustiada como ahora. Pero, si quieres hacer algo rápido, puedes hacerlo, ¿así por qué no le pones algo de esfuerzo?”. He sentido como si un cuchillo me atravesara. Nuestra amistad es fuerte porque ella es un 99 por ciento de amabilidad y un uno por ciento de severidad, por eso no he llorado.
Mis emociones se adormecen cuando estoy en shock. S-chan me ha enseñado a pensar. He renacido. Aunque soy físicamente discapacitada, creo que mi inteligencia es la misma que la de cualquier persona sana. Me siento como si me saltara un escalón y me cayera por las escaleras hasta el principio.
Mis amigos y profesores están todos sanos. Esta verdad me pone triste, pero no puedo hacer nada con esa diferencia.
Voy a dejar Higashikou y viviré sola llevando este pesado equipaje llamado discapacidad.
He necesitado al menos un litro de lágrimas para tomar esta decisión y necesitaré más en el futuro. No quiero llorar más. Perder hace que me sienta frustrada. Si te sientes frustrada, ¡haz algo! No puedo seguir perdiendo.
Mi primera visita al médico después de Año Nuevo. Me he sentido un poco más aliviada después de hablar con la Doctora Yamamoto. El entusiasmo ha empezado a agitarse dentro de mí. Mi madre ha hablado enseguida del cambio de colegio. Mi doctora ha dicho que hablaría con el consejo escolar.
Me ha dado algo de esperanza, aunque sea tan frágil como una burbuja.
De repente he recordado que estos días he sido algo rebelde. Has estado delegando demasiado en los demás. Acabo de darme cuenta. Has estado aprovechándote de la gente que te rodea. Por eso tus amigos se han cansado de ti. Darse cuenta ahora es demasiado tarde.
Hemos comido en “Asakuma”, restaurante al que hacía mucho que no íbamos.
Mi madre le ha contado a mi familia lo de mi cambio de colegio. Me he enfadado y le he dicho: “¡Ya lo saben así que no hables de eso!”. “Es cierto que tú, Aya, vas a cambiar de colegio, pero no se trata solo de ti. Es importante para todos nosotros pensar, ayudarnos y animarnos unos a otros para soluciones los
problemas de familia. Esa conexión es muy importante.”, ha dicho mi madre.
Es mejor desnudarse de una vez por todas. He empezado a pensar que no hay necesidad de ponerme nerviosa. La hamburguesa estaba muy buena. He comido helado, un postre, de segundo.
W-kun, O-kun, D-kun, gracias por saludarme siempre. Me ha hecho muy feliz.
M-kun, gracias por llevarme la mochila. Al fin he sido capaz de decirle hola a H-kun…
Este año ha sido muy largo. He disfrutado mucho con los demás. Al fin estoy lista.
Adiós y cuidaos…

*Higashikou es el nombre abreviado del instituto de Aya.
**Gama se refiere a Vasco de Gama
.
***Boku es un pronombre personal masculino. Las mujeres, cuando hablan de sí mismas, dicen Watashi o Atashi. Lo de Boku no está bien visto por eso a Aya le sorprende.

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